Ox, hipogrifo violento
En el Siglo de Oro se espantaba a las gallinas a la voz de «ox, ox, ox». Así aparece en las obras de Calderón, que no solo se elevan al firmamento con sus versos metafísicos, sino que también descienden a veces a los corrales (de donde salieron, por cierto, los huevos que fríe la vieja pintada por Velázquez).
Óscar Esquivias