Obediencia sorda
Calificamos de «ciega» a la obediencia servil, la que no atiende al sentido de la orden y solo a su letra, y la cumple taxativamente, aunque sea un disparate. «Obedecer» procede del latín «ob audire», oír. Quien obedece sin escuchar (y sin comprender) no demuestra una obediencia ciega, sino más bien sorda.
Óscar Esquivias