Morir de amor
Lo que hoy llamamos «agenda» se decía antiguamente, con más poesía, «libro de memoria», y en él se apuntaba todo lo que importaba recordar. El padre Feijoo cuenta el caso de un señor tan precavido que, por si se despistaba, anotó que salía de viaje para casarse. ¡Qué pasión desenfrenada la suya!
Óscar Esquivias