Mantenimiento lingüístico
Conviene limpiar, cada 30.000 palabras, el filtro del habla (situado entre el cerebro y las cuerdas vocales) y así evitar colapsos de palabras gruesas o bien de aquellas que pensamos, pero no decimos. Se desaconseja, en cualquier caso, hablar sin filtros o deslenguados por el riesgo de perder la garantía.
Daniel Díaz