Madre y madrastra
A la eñe la tienen muy mimada en la Real Academia. Recibe muchas caricias y besos y los académicos la consideran su hijita predilecta. A la uve doble, sin embargo, la desdeñan y secretamente la llaman «la adoptada» e, incluso, «la hospiciana», como si alguna de estas cosas fuera mala.
Óscar Esquivias