Llaneza, muchacho
Los verbos «encumbrar» y «enmontar» tienen entre sus acepciones la de «envanecerse» o «engallarse», quizá por la euforia que da coronar una montaña y observar el panorama desde lo alto. Los gallos de las veletas, engallados y encumbrados, proclaman a los cuatro vientos ese orgullo altanero de estar en la cima.
Óscar Esquivias