Las comas y el azar
Quiero entender que algunos ceden el uso de las comas al azar. Escriben sus textos en bruto, lanzan un puñado de comas al aire y, allá donde caigan, se quedan. Algunas veces caen donde procede, pero otras, debido tal vez a un golpe de viento, acaban en cualquier parte. Sugiero que, antes de escribir, comprueben si corre el aire chupándose el dedo.
Daniel Díaz