Hombre al agua
Los pedruscos que sobresalen como islitas en un cauce y nos ayudan a cruzarlo se llaman «pasaderos». Son las piedras más traviesas que existen y su mayor placer es ver cómo nos resbalamos y nos caemos al agua. Están a medio domesticar y, en el reino mineral, son el equivalente a los gatos.
Óscar Esquivias