Hijo de la tierra
Antiguamente, en los libros de bautismo se añadía la nota «hijo de la tierra» cuando se inscribía a un expósito del que se desconocían los padres. Parecía así que el niño era fruto del huerto del hospicio, como los tomates. Seguro que también olía a tierra fértil, a flores, a lluvia.
Óscar Esquivias