Gafas de cerca
La «letra pequeña» que adjuntan los contratos es un término perverso en sí mismo. Provoca rechazo, pereza, un esfuerzo difícil de asumir. Pero al tiempo sabemos que, si leyéramos con calma esas condiciones, declinaríamos firmarlas por abusivas. De modo que el tamaño de la letra sólo es una excusa para no reconocer que el 'establishment' nos ha derrotado.
Daniel Díaz