Fuego de niños
Que el fuego queme y el agua moje son evidencias irrefutables. Deberíamos partir de lo más básico para evitar perdernos en retóricas ambiguas y mentiras a la carta: hoy que las verdades son interpretables según quién las diga o las escuche, no estaría de más poner la mano en el fuego y aguantar, si se tercia, el chaparrón.
Daniel Díaz