El círculo de la vida
El uso del diminutivo describe curvas reveladoras. Para los niños todo es «-ito» («Osito», «Pollito») y en la adolescencia, desaparece. Pero irrumpe de nuevo si te enamoras: «Caramelito», «Bomboncito». Y desaparece cuando el amor se asienta, y vuelve otra vez en la senectud: «Murió el abuelito». Amar y morir es volver a la infancia: el círculo de la vida.
Daniel Díaz