Dios amerindio
Si Petrarca hubiera conocido los girasoles, los habría plantado sin duda en sus sonetos y habrían florecido junto a las rosas y las azucenas. El girasol es el dios Apolo de las flores: rubicundo, alegre, flamígero, bellísimo, y no me explico cómo Garcilaso, que debió de ver alguno, no lo citó en sus versos.
Óscar Esquivias