De libros y bares vacíos
Cuando eres feliz los diálogos son cortos y aburridos. No hay necesidad de desahogo, no hay conflictos. Te citas con alguien una sola vez, porque no se presuponen novedades. La felicidad, por tanto, vacía de contenido cualquier novela (no importa el género). Pero también, vacía de gente los bares.
Daniel Díaz