Crisis de fe
De niñas, la i y la jota son devotísimas y por eso se coronan con un punto a modo de lengua de fuego o de aureola, como si fueran las santas Justa y Rufina del alfabeto. Sin embargo, al crecer y hacerse mayúsculas pierden la fe, y con ella el elevado signo que las distinguía de las demás letras.
Óscar Esquivias