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18 Dic 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Oído en mi taxi #2

En mi afán por captar la voz de la ciudad, estas últimas semanas he ido anotando frases de usuarios de mi taxi charlando entre ellos, o bien al teléfono, o hablando conmigo. Atentos:

 

—Gire a la derecha… No, a la otra derecha.

—¿Se refiere a la izquierda?

—¿Conoce otra otra derecha?

«La palabra de la década es dopamina».

«Relaja, tía. No es bueno tener tanta incidencia acumulada dentro».

«Me apetece emborrachar a Santa Claus el 24 por la tarde».

«Mientes. Y digo más: estás faltando a la verdad».

«Moderno y loser. Hasta mi Apple Watch dice que me busque una novia».

—Insulto, once letras.

Tuputamadre.

—Tu-pu-ta-m… tiene once.

—Jajaja. Qué gilipollas…

—Gi-li-po… ¡Gracias!

«¿Puede ir lo más deprisa posible sin saltarse, Dios me libre, las normas de circulación?».

«Soy de pelo vago».

—¡Lucas!, ¿te has dormido?

—Ehm, no. Estaba guiñándote los dos ojos a la vez, bombón.

«¿¡Quién cojones me llama ahora si no tengo amigos y mi madre no me habla!?».

—Yo diría que Javi es más cool que trendy, aunque va de outsider por la vida.

—Querrás decir la life.

(Oído en mi taxi #1 pinchando aquí).