PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

10 Mar 2022
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

¿Está «contento» con su compañía telefónica?

«Buenos días, mi nombre es Marta. ¿Está contento con su compañía telefónica?». La voz de Marta suena líquida, acogedora. Y yo ahora mismo estoy solo.

Llevo cuatro horas seguidas escribiendo. Fue sonar el teléfono y tirarme en plancha, como un náufrago a un bote salvavidas.

—A ver… contento en general no estoy. Son muchas cosas, supongo que me entiendes: La incertidumbre. Lo de Ucrania, qué horror. La subida de precios. Ayer eché gasolina y no me lo podía creer. Y entonces claro, no puedo aventurarme a decir que estoy «contento» porque, quieras o no, todo este cúmulo de circunstancias contagia el resto. Y con el resto incluyo mi compañía telefónica, por supuesto. Porque no he pensado en ello, la verdad.

—Centrémonos: ¿puede decirme cuál es su actual compañía?

—Yo ahora estoy solo. Mi mujer está trabajando, y mi hija en el cole. Sale a las cuatro y media.

—Me refiero a su compañía telefónica.

—Ah, perdón. Si te soy sincero, no lo sé. No me fijo en esas cosas. Me da ansiedad.

—¿Puede decirme su nombre para dirigirme a usted directamente?

—Daniel. Encantado. Tú eras Marta, ¿verdad?

—Sí.

—Marta, puedes tutearme. Si no te importa.

—Señor Daniel, ¿cuánto paga por su línea?

—Tampoco lo sé. Esas cosas las lleva mi mujer. Y por eso, como te decía antes, no podría asegurar si estoy «contento» o no porque me falta información. No es posible definir un estado de ánimo si desconoces esos datos.

—¿A qué hora podría estar disponible su mujer?

—Uff. Tarde, Marta. A la hora de cenar. Aunque suele llegar bastante cansada. No te ofendas, Marta, pero dudo que a esas horas le apetezca charlar contigo.

—¿Y mañana?

—¿Mañana? Puedes llamarme cuando quieras y charlamos otro rato, ¿te parece? Pero lo suyo sería que habláramos de ti, porq

Me cuelga.

—¿Marta?

Suspiro. Me preparo un café. Sigo a mis cosas. La prota de mi nueva novela se encuentra en el baño, depilándose las ingles. Ahora que lo pienso, no sé si está contenta con su compañía telefónica. Debería empezar resolviendo esa duda para armar mejor el personaje. Y cambiar su nombre: me gusta más Marta.