PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

08 Jun 2021
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Animalización trans

«Eres un gallina» le dijo un usuario de mi taxi a otro. «Un», masculino. «Gallina», femenino. Figura literaria: Animalización transgénero.

Es curioso. Nos sigue chirriando escuchar o decir «una médica» pero nadie se plantea el cambio raruno de género en «eres un gallina».

Los usuarios de mi taxi siguieron charlando, y al poco encontré otro detalle que, al hilo de esto, llamó poderosamente mi atención (reproduzco el fragmento):

—Eres un gallina, tío. Tenías que haber ido a cuchillo con ella.

—Dime cómo.

—Pues eso, haberla pillado por banda y haberla dicho: mira, tía, así no se hacen las cosas. Si quedamos tú y yo, quedamos tú y yo. Ni amigas de carabina ni leches, que no tenemos quince años. ¿Te gusto? Pues ven tú sola. No me traigas a tu troupe de amigas.

—Uy, demasiado gallito.

—Claro, tío. Hay que ser gallito en esta vida. Echao p´alante. Hay que decir las cosas a las claras. Siempre. Sin excepción.

—Ya… y así te va…

Centrémonos en ese «gallito» dicho por «el gallina». En tal caso el género está bien integrado: ambos son masculinos. Y «gallito», en su contexto, podría significar «envalentonado» (mientras que «gallina», se supone, implica en este caso cobardía). Así pues, el trasfondo del asunto, si lo analizas en profundidad, es de traca: el adjetivo negativo (la cobardía) es en esencia femenino y así lo dejamos constar mediante una hembra (la gallina) aun refiriéndose a un hombre y modificando sin rubor el artículo «una» por «un». Y el positivo (valentía) es masculino sin «género» de dudas (el chiste es mío).

El caso es que los dos siguieron charlando un rato más y al llegar a su destino, pagarme la carrera y bajarse del taxi, no pude evitar voltear la cabeza en dirección al asiento trasero. Quería comprobar si «el gallina» en cuestión había puesto un huevo de propina (o había puesto dos, o había puesto tres en Turuleca pose). Pero nada. Cero huevos. No hubo suerte.