PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

26 May 2023
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

También la lluvia

Llovía mucho, a mares, y en la radio de mi taxi sonaba jazz suave, tal vez John Coltrane, no estoy seguro.

Apenas había gente por la calle, y los pocos viandantes corrían rápido en busca de refugio: marquesinas, portales, taxis en verde esperanza. Parecíamos en estado de excepción (la excepción era la lluvia) y, sin embargo, entre ese caos con regustillo apocalíptico, llegué a sentirme rematadamente bien, como en paz con el cosmos, o como si el agua a raudales hubiera logrado drenar todo lo malo. Por lo general, la lluvia a cántaros es un buen negocio para los taxistas. Pero, como digo, yo me encontraba bien, y esto suele implicar huir del dinero (recordad esto: el dinero, queridos drugos, sólo hace feliz al pobre de espíritu). De modo que, a la contra del gremio, apagué el taxímetro y viré mi taxi en dirección al mar.

En Valencia hay un mirador allende la Marina donde puedes vislumbrar el inicio de una playa inmensa, anchísima y larga. Una playa que ahora se encontraba deliciosamente desierta (el espectáculo de la lluvia cubriendo las olas, el cielo abierto en canal: el todo y la nada al mismo tiempo). En otros momentos mi instinto me habría llevado a salir del taxi y zambullirme a lo loco, pero me hice mayor, y si algo tiene de bueno la edad es que sopesas y valoras las consecuencias de cada acto sin apenas creer que pierdes gran cosa. No hizo falta, como digo, empaparme porque, en cierto modo, esa placenta que es mi taxi ya estaba como pez en el agua, y de fondo seguía el ritmo de jazz, que es lo más parecido al acto de percutir de la lluvia. Todo encajaba en ese puzle sideral (también mi teléfono en modo avión), y en estas caí en la cuenta del poder abismal de la buena literatura.

Porque yo, esta misma exacta sensación, la he leído (y sentido al leerla) en alguna parte.