PATROCINADORES
INSTITUCIONES
Junta castilla
jcm

Archiletras

11 Ago 2022
Compartir

Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Audios pongo por testigo (que nunca volveré a escucharlos)

Este hilillo de sangre cayendo despacio de mi oído derecho es debido a los múltiples audios y charlas telefónicas en modo manos libres que escucho en mi taxi y no debería.

«Salvaje lo de anoche» dijo el otro día una voz ronca de mujer mientras un tipo gordito, calvo y con bigote sostenía atento su móvil. «Me encantó que aparecieras con ese picardías rojo cantando ‘La vida es una tómbola’». El del picardías rojo, se entiende, era mi usuario; y aquella imagen del tipo en semejante guisa cantando a Marisol me persiguió durante dos días (con sus dos noches) y aún hoy sigue asaltándome de vez en cuando.

Otra. Esta fue en inglés, con el móvil a un volumen altísimo, en manos libres. La usuaria hablaba relajada porque suponía que yo no me estaba enterando de nada. Hasta que el hombre del otro lado de la línea le dijo «I would like to lick your feet tonight, baby» (traducido: «Me gustaría lamerte los pies esta noche, cariño». Y en estas no pude evitar girar la vista hacia sus pies. Llevaba sandalias y me fijé que el dedo gordo de su pie izquierdo estaba vendado y rodeado con esparadrapo. No sé por qué, pero acabé soltando un: «A nibble?» («¿Un mordisco?) y en estas la chica palideció y luego tornó en rojo cangrejo en un intervalo cortísimo. Por su parte, el tipo del otro lado de la línea también debió escucharme porque aquel comentario mío le cabreó bastante. No sabía quién era el hombre con quien estaba ella, ni por qué le había pedido «morderla». Ella sólo decía «A taxidriver», lo cual no hizo más que añadirle confusión al asunto.

Otra. Bastante sórdida, por cierto. De hecho, días después de aquello, sigo preguntándome qué le mueve a alguien a enviar un audio de siete minutos describiendo, con todo lujo de detalles, los condilomas recién brotados en zona inguinal y perianal por una ETS (el virus del papiloma humano, para más señas). O por qué la receptora de semejante audio no sólo no cortó enseguida el audio, sino que llegó a subir el volumen mientras me miraba con ojos entre tiernos y sádicos a través del espejo. Al llegar a su destino y preguntarme: «¿Qué te debo?» no supe más que decirle: «Muchísimo».

En fin, que apenas llevo tres meses conduciendo un taxi en Valencia y ya tengo esa extraña sensación, esa mezcla de enganche fortísimo y a su vez necesidad de tomarme unas largas vacaciones. Aunque siempre tira más lo primero. Soy más bien propenso a las adicciones, qué le vamos a hacer.