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17 Nov 2020
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Usos y análisis del lenguaje urbano a través del espejo retrovisor de mi taxi.

Daniel Díaz

Taxista, escritor y viceversa. Licenciado en charlas casuales y amante discreto del verso suelto.

Oído en mi taxi #1

Estos últimos días he anotado frases oídas en mi taxi de usuarios charlando entre ellos, o bien al teléfono, o hablando conmigo. Atentos:

«Un conejo le dice a otro: la verdad nos hará liebres».

«Lolo, tío, estás salidísimo. Eres carne de coñón».

«¿Mi jefe? Salva. Se llama Salva, de Salvador. Es muy afeminado y en petit comité le llamamos Salvaslip».

«El camino más corto entre dos puntos siempre pasa por la mesa de esa chica nueva de contabilidad, ¿Vicky?».

«Siri, qué significa melifluo».

«No sé, me siento raro; como un bizco viendo una peli en 3D».

«Me encanta la gente que dice “al fin y a la postre” en lugar de “al fin y al cabo”. Voy a ponerlo en mi perfil de Tinder: Busco hombres que digan “a la postre”».

«Soy apolítico. Siempre he votado a Bríos».

«¿Me lleva a la ortopedia de Avenida de América? Acaban de llamarme, que ya tienen lista mi pierna ortopédica. (…). No hace falta que me espere. Volveré caminando».

«Pensándolo bien, más que un taxi necesito un psicólogo».

«Para frases hechas, la mejor, con diferencia, es meter mano».

«¿Mi cita de anoche? Al final me dio un beso en la frente, ¿te lo puedes creer? Le faltó servirme un Colacao calentito y mandarme a la cama».