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09 Nov 2019
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Libros

Vargas Llosa: «Liquidé Conversación en la Catedral para que no me liquidase»

Redacción

El escritor reflexiona sobre los 50 años de la novela y la define como 'la obra total'

El Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa ha asegurado que su novela Conversación en la Catedral se puede considerar su obra más completa, con el matiz de que “terminé liquidando la obra para que no me liquidase”.

La  nueva edición de ‘Conversación en La Catedral’ (Alfaguara) incluye fragmentos de cartas, escritos y entrevistas con el propio escritor. «Las canas que ahora tengo me las sacó este libro. Es la novela que más trabajo me ha costado y estar a punto de acabarla fue como salir de un inmenso túnel», explicó el académico. Vargas Llosa comenzó a escribir esta obra a finales de 1965 y la terminó en 1969, cuando tenía 31 años, más de tres años y medio de «esfuerzo» para una obra muy esperada por su editor de entonces, Carlos Barral.

En su intervención en el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que se ha celebrado en Sevilla, donde ha participado junto al periodista Juan Cruz en una charla en la que ha reflexionado sobre los 50 años de ese libro, ha recordado que tuvo varias etapas, la primera de ellas la confusión, “hasta que di con la idea de una conversación como eje vertebrador de la historia”.

La segunda etapa, ha dicho, fue más fácil, “y se basó en eliminar adjetivos y adverbios, y la tercera fue cuando terminé de escribir y antes de mandarlo a edición me alejé de la obra para mirarla con otra óptica y ser capaz de discernir entre qué valía la pena dejar y qué convenía suprimir”.

Para él, todas sus obra tienen cabos sueltos, “pero esta es la que menos tiene, de ahí que se la defina como obra total”.

Asegura que nunca tuvo la intención de que fuera una novela política, pero este componente se terminó colando de lleno en todos los rincones de la obra, “y, exageraciones aparte, refleja los distintos estados de ánimo con los que trabaja un escritor, como desolación cuando la palabra no expresa realmente la vida de esos personajes, que la desmoralización es enorme».

Lo que sí tenía claro el autor peruano es que quería hablar de la dictadura que vivió en su país cuando era adolescente, aunque no de una manera directa. «La idea no era tanto hablar de la dictadura, sino en los efectos que la dictadura tiene en instituciones que no son políticas: la familia o la vida profesional», confesó.

“Tramar una historia sentir una emoción de ponerme a trabajar, hacer fichas, esquemas, planear trabajo investigación en torno al mundo de la novela, escuchar a la gente, ver el paisaje, a los colores, es extraordinariamente estimulante y al mismo tiempo es un trabajo difícil en el que uno sufre gozando porque no dejas de gozar nunca”, ha señalado.

Ha recordado que el libro tuvo “críticas maravillosas”, como cuando la comparar con Cien años de soledad, La Iliada o La Divina Comedia, lo que ha denominado «típicas exageraciones latinoamericanas”.

En cualquier caso, Vargas Llosa afirma que, si tuviera que elegir un libro de su producción, sería este Conversación en La Catedral, que fue «menos leído» que otras de sus novelas, pero que «ha ido creciendo con el tiempo».