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04 Feb 2019
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Idiomas

La ONU abre su Año de las Lenguas Indígenas con Evo Morales como protagonista

Mario Villar

Esta iniciativa trata de llamar la atención sobre la rápida destrucción de estos idiomas alrededor del mundo, donde unos 370 millones de personas en más de 70 países hablan idiomas indígenas

El presidente de Bolivia, Evo Morales, protagonizó el pasado viernes la apertura en Naciones Unidas del Año Internacional de las Lenguas Indígenas, una iniciativa para tratar de llamar la atención sobre la rápida destrucción de estos idiomas alrededor del mundo.

«Las lenguas indígenas son parte de nuestra identidad», subrayó Morales ante la Asamblea General de la ONU, donde insistió en que perder estos idiomas pone en riesgo «culturas y conocimiento».

«La pérdida de una lengua significa la pérdida de una visión del mundo, un empobrecimiento y un empequeñecimiento de la inteligencia humana», recalcó.

El presidente boliviano, que abrió su discurso en aimara, ofreció el mensaje central del acto con el que Naciones Unidas presentó oficialmente su año dedicado a las lenguas indígenas.

La iniciativa, impulsada entre otros por Bolivia, fue aprobada en 2016 por la Asamblea General de la ONU y está liderada por la Unesco, la agencia de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Según la organización, unos 370 millones de personas en más de 70 países hablan idiomas indígenas, pero éstos están perdiéndose a un ritmo alarmante.

De las alrededor de 6.700 lenguas que hay actualmente en el mundo, un 40% están en peligro de desaparecer, principalmente idiomas de comunidades nativas.

Para finales de siglo, se calcula que se pueden haber perdido un 90 % del total, según dijo hoy Ernesto Ottone, director general adjunto de Cultura de la Unesco.

«El Año Internacional debe servir para revertir la alarmante tendencia de desaparición de las lenguas indígenas, poner la atención sobre su situación crítica y hacer todo lo que está a nuestro alcance para recuperarlas y preservarlas», defendió la presidenta de la Asamblea General de la ONU, María Fernanda Espinosa.

La diplomática ecuatoriana recordó que «desafortunadamente todas las lenguas indígenas son vulnerables» y cuando desaparecen se llevan consigo «páginas de historia, sabiduría y cosmovisión de sus pueblos».

Morales insistió especialmente en ese punto, al recordar que las lenguas no son solo instrumentos de comunicación, sino que representan la identidad y la cultura de los pueblos.

«Es parte de los tesoros más preciados que nos han dejado nuestros antepasados», recalcó.

Para garantizar la supervivencia de estas lenguas, el Foro Indígena de la ONU ha trasladado a los países una serie de recomendaciones en el ámbito educativo y para la introducción de esos idiomas en la Administración.

Entre otras iniciativas, ese Foro destaca un programa puesto en marcha en Bangladesh para ofrecer el primer año de educación preescolar en la lengua nativa de los alumnos e introducir el bengalí, el idioma nacional, a partir del segundo curso.

También apuesta por las nuevas tecnologías en lugares como la península rusa de Kamchatka, donde se subtitulan canales de música tradicional en una suerte de karaoke y donde se han creado aplicaciones para teléfonos móviles que facilitan la discusión en la lengua itelmen.

En Norteamérica, el idioma cheroqui, hablado por unas 20.000 personas, cuenta con interfaces digitales que permiten su uso en correos electrónicos o redes sociales.

Ecuador planteó durante la reunión de la Asamblea General de la ONU ir más allá de este Año Internacional y dedicar un decenio a la promoción de estos idiomas.

«¿Creen que un año es suficiente para llevar a cabo todas las acciones de reparación histórica que tenemos con nosotros mismos y con los hermanos de los pueblos indígenas?», señaló el viceministro ecuatoriano de Cultura y Patrimonio, Gabriel Cisneros.

Morales, primer presidente indígena de Bolivia, planteó la supervivencia de estas lenguas como un reto más para los pueblos nativos tras siglos de resistencia frente al colonialismo.

«Hoy seguimos resistiendo la ira postcolonial que trata de aplastar nuestras rebeliones contra la injusticia», aseguró el mandatario, que denunció que los indígenas viven «aplastados por el capitalismo».