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13 Jul 2020
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Entrevista

Nuria Barrios «Ningún error sintáctico es tan grave como la falta de imaginación»

Beatriz Valdeón

Escritores invitados a contar cómo son sus vidas, deseos y obsesiones con adjetivos, preposiciones, neologismos, erratas, diccionarios, hipérboles, puntos suspensivos…

¿Tiene alguna pesadilla gramatical recurrente?
El ruido gutural de los ronquidos, que puede convertir el sueño más animado en un escenario angustioso.

¿En qué género narrativo sueña: poesía, relato, novela, ensayo…?
Los sueños tienen su propio género, el onírico. Es insuperable.

¿Bajaría al inframundo, como Orfeo (inspirador de su personaje protagonista, Lolo, en Todo arde, Alfaguara, 2020), para rescatar en este caso a uno de sus libros «mordido» por erratas?
Si está lleno de erratas, mejor que se pudra en el infierno.

¿Qué error sintáctico cometido por escritores añadiría en los nueve círculos del infierno de Dante?
Ningún error sintáctico es tan grave como la falta de ambición y de imaginación.

¿Alguna vez una preposición le hizo dudar?
Claro, y que quien diga que no, tire la primera piedra.

¿Qué diccionario pondría en la mesilla de noche como protección?
A mi mesilla de noche solo llegan ensayos y novelas muy bien elegidos para entrar de su mano en el sueño.

¿Dedica más tiempo a escribir o a corregir lo escrito?
Por igual. Escribir y corregir forman parte del mismo proceso.

Su TOC (trastorno obsesivo compulsivo) lingüístico en la edición de texto podría ser…
La edición es, en sí misma, un TOC.

¿Sale de casa y vuelve a entrar para asegurarse de que no dejó ningún laísmo o leísmo en las páginas recién escritas?
Tengo a un gallego en casa que no tolera laísmos ni leísmos en su presencia… El pobre sufre mucho.

¿Tiene alguna manía lingüística? (¿A dónde o dónde? ¿Asimismo o así mismo?)
Intento no quedarme varada en manías para que el lenguaje fluya y así no perderme esos fogonazos lingüísticos que solo suceden mientras trabajas.

Una frase hecha que le ponga mal cuerpo…
No le doy tiempo a que me ponga mal cuerpo: soy una exterminadora implacable.

¿Qué haría en caso de ser tentada por verbos depredadores (denominación de Alex Grijelmo referida a verbos reiterativos: arrancar, dejar, generar, hacer, realizar…)?
El TOC de la edición y el propio carácter autoexigente del texto no toleran reiteraciones.

¿Qué relación mantiene con los adjetivos?
Muy buena, nos respetamos mutuamente.

Para presentar a sus personajes, ¿los deja que se expresen libremente en diálogos sin intervenir?
Por supuesto. El diálogo es la mejor tarjeta de presentación que existe.

¿Con qué figuras retóricas se divierte más?
Me gusta especialmente el oxímoron. Los opuestos se unen para crear algo nuevo. Es una increíble historia de amor.

¿Qué siente por las onomatopeyas?
El afecto que se tiene a las mascotas.

¿Qué le pone más: un acróstico o un palíndromo?
Un acróstico. El palíndromo es un ir y venir donde nunca se vislumbra una salida.

¿Cree que un buen uso de figuras literarias puede salvar una trama?
Nunca. La trama requiere proteínas.

¿Qué tres primeras palabras (o más) elegiría en un listado para combatir esas «palabras que no necesitan tocarte para hacerte temblar, como el veneno» (El alfabeto de los pájaros, Seix Barral, 2011)?
Calla la boca.

¿Ve algo de lirismo en una persona que decide seguir acentuando «sólo»?
Sin duda. Solo un romántico se aferraría a un acento para defender la diversidad.

¿Siente nostalgia de algunas palabras en desuso?
De todas. Las palabras en desuso me recuerdan que soy mortal.

¿Qué norma de la RAE la incita más a saltársela?
Cualquiera que se convierta en un obstáculo para un texto literario.

¿Qué opina de los puntos suspensivos?

¿Reivindica el punto y coma o prefiere otras pausas?
Yo defiendo la suma. Todas las pausas son bienvenidas.

¿Es generosa con las comas?
No, soy poeta. Menos es más.

¿Consume algún tipo de droga literaria con adicción?
Libros.

¿De quién aprendió más sobre la escritura y la corrección de estilo?
Sobre la escritura, de otros libros. Sobre la corrección de estilo, de los correctores. Quiero citar a Carolina Reoyo, que ha editado mi última novela, Todo arde. ¡Es una fenómena!

¿Qué escritores han sido o son sus guías sintácticas y estilísticas?
A los escritores hay que leerlos, aprender de ellos y luego, siempre, dejarlos para buscar tu propia voz.

La principal fortaleza de su estilo literario es…
El aliento poético.

¿Recuerda cómo era el primer diccionario de su vida y quién se lo regaló?
Recuerdo el primer diccionario que yo me compré: el Diccionario de Filosofía, de Ferrater Mora. Recuerdo la emoción al abrirlo. Era grande, morado, sabio y misterioso.

Cuando tiene una duda gramatical, ¿escoge la intimidad de las páginas de papel de un diccionario o le pregunta a Siri o Alexa o…?
Siri y Alexa no son bienvenidas en mi casa. Son muy chismosas.

En su trabajo creativo, ¿cómo prefiere escribir, en ordenador o a mano?
Las notas a mano; y el texto, en el ordenador.

Previamente, ¿toma notas?, ¿de forma ordenada o anárquicamente?, ¿en cuadernos, hojas sueltas, pósit, smartphone?
Tomo notas con una anarquía ordenada. Y utilizo todo tipo de soportes, incluidas las notas de voz en mi móvil.
Si «los pájaros vuelan en formación gramatical para que nadie se olvide que volar se escribe con uve» (El alfabeto de los pájaros, Seix Barral, 2011), ¿con qué letra le gusta volar a usted cuando escribe? Con la ‘v’, siempre.

 

Qué harían Hansel y Gretel en el Hades griego

Las hogueras del poblado chabolista, en la noche que transcurre la acción de Todo arde, no irradian calor, son un sinónimo de luz. ¿Puede el vínculo entre dos hermanos, Lolo (16 años) y Lena (25, yonqui), vencer a la oscuridad?, plantea Nuria Barrios (Madrid, 1962, doctora en Filosofía) en esta novela coral donde todos mienten. Con un guiño al mito de Orfeo y Eurídice, narra el inframundo de la droga desde una mirada irónica y poética, con el fundamento de un trabajo de investigación que inició en los años ochenta. Sus inquietudes sobre el impacto de la drogadicción también inspiraron los relatos Ocho centímetros (Páginas de Espuma, 2015) y su poemario La luz de la dinamo (Fundación José Manuel Lara, 2017).

 

Este artículo es uno de los contenidos del número 7 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras, disponible ya en kioscos y librerías.
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