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30 Nov 2022
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La gramática parda de WhatsApp

Xosé Castro

Yo solo había imaginado que, para algunos usuarios de programas de mensajería instantánea, «puntuar correctamente es puntuar demasiado», pero… ¿agresivo?

🤓
Puntuar bien es puntuar demasiado

Así, con esta conversación reproducida en la página anterior, fue como yo me enteré de que, en WhatsApp (o Telegram u otros programas de chat) había una suerte de ortografía y gramática tácitas, según las cuales, poner puntos finales no mola.

Con el natural y provecto temor a quedarme desfasado, me dio por guglear «punto final whatsapp» y me topé con artículos de títulos escalofriantes, como «El motivo psicológico por el que los puntos finales te cabrean» (¡ah, pero cabrean?) o «¿Es agresivo usar punto final en un mensaje de WhatsApp?» (¡Violencia ortográfica, es la guerra!).

Ajeno a todo esto, yo solo había imaginado que, para algunos usuarios de programas de mensajería instantánea, «puntuar correctamente es puntuar demasiado», pero… ¿agresivo? Esto eran palabras mayores, así es que resolví informarme sobre el código de etiqueta para WhatsApp y aquí os presento algunas de las principales conclusiones resumidas:

💩
La voz de los «expertos»

Para empezar, cuando uno rasca un poco, se topa con que muchos artículos responden a un patrón habitual en los últimos años: son (malas) traducciones de artículos estadounidenses, que un periodista de habla hispana adapta y adereza con toques locales, como si todo lo que pasa allí fuera válido aquí.

Pasados unos días, otros medios, temiendo quedarse atrás —como yo—, se hacen eco del artículo traducido (eufemismo por plagiar), le añaden algo más de su cosecha y, entre todos, crean una serie de falsas conclusiones basadas en datos no contrastados para nuestra región o idioma.

Por último, los lectores lo ven y exclaman: «¡Vaya, no sabía que escribiendo de esta manera resultaba agresivo! Voy a cambiar mi manera de hacerlo». Y así es como se cierra el círculo de las profecías autocumplidas.

En casi todos los artículos que encontré se cita al profesor de Lingüística Mark Liberman (EE. UU.), que dice que quienes usan el punto final son gente que está enfadada, quiere ser taxativa o marcar las distancias. ¡Y yo que tan solo pretendía cerrar una oración como me enseñaron en el colegio! Otros «expertos» hablan de lo liberado que se siente uno cuando no tiene que atarse a este signo de puntuación. Pobre punto final. Quién le iba a decir que sería culpable de tantas cosas…


Los signos de apertura

Cuando se habla de que los signos de apertura (¿¡) están en peligro de extinción, la gente olvida que, de nuevo, la cultura estadounidense tiene una responsabilidad decisiva.

Yo tengo una teoría: si ahora se usan menos los signos de apertura es por culpa de un defecto de diseño y no, simplemente, porque la gente ya no les encuentra justificación, como solemos oír.

Los teclados españoles de nuestros teléfonos fueron diseñados por estadounidenses. Estos relegaron una serie de signos
—inexistentes en inglés— a un lugar en el que resulta incomodísimo usarlos. En mi teclado, para poder escribir un signo de apertura, tengo que pulsar una tecla, mantener pulsada otra y, sin levantar el dedo, arrastrarlo para pulsar una tercera vez.
Obviamente, así no hay quien escriba este signo. Lo mismo pasa con las tildes. Si quiero escribir una a acentuada, lo más práctico sería presionarla unas décimas de segundo más, en lugar de tener que abrir un menú lleno de tildes que usaré poco o nunca.

x

Del formato y lo exclamativo

Durante muchos años, WhatsApp y otros programas no tuvieron opciones de formato (negrita, cursiva). Por otro lado, las conversaciones que mantenemos por este medio tienen un tono más privado, informal y coloquial que aquellas que escribimos en una carta, un correo electrónico o incluso en redes sociales como Twitter.

Por eso, de una manera bastante natural, en esta ortografía y gramática improvisadas empezamos a darles otro valor a la mayúscula y a la repetición de vocales. Una expresión que en otro contexto sería «¡Espera!», en WhatsApp es habitual que se convierta en «ESPERAAAAA», sin que haya una regla fija sobre cuántas vocales hay que añadir.

Del mismo modo, tendemos a ser mucho más exclamativos, y es normal que proliferen los signos de exclamación («Que nooo!!!!»). De cierre, claro.

typing …

Los puntos suspensivos

En español no es descortesía interrumpir al otro mientras habla o incluso terminar una frase ajena. Forma parte de nuestra manera de comunicarnos. Como WhatsApp, en muchos aspectos, se parece más a una conversación oral que a una escrita, se usan mucho los puntos suspensivos como para introducir suspense, vacilación, para no mencionar algo que se sobreentiende o para dar la oportunidad al interlocutor de completar nuestro pensamiento.
A veces, los puntos suspensivos tienen un valor de marcador discursivo que asienta el verdadero diálogo en la imaginación de los interlocutores más que en el propio texto:

—Jo, cómo puede tener tanta cara…
—Es que flipo…
—Pues anda que yo…

check

De la premura

WhatsApp también se caracteriza por la inmediatez. No responder es, también, una forma de respuesta. De ahí que oigamos tanto la expresión «Me dejó en visto».

Prueba de ello es este diálogo con una amiga, que, impaciente por el tiempo que yo demoraba en escribir una respuesta en un solo párrafo, me envió un curioso sticker. Ella y muchos usuarios suelen enviar mensajes partidos en sintagmas, como para transmitir la sensación de una conversación oral en curso, y que me recuerda un poco a los subtítulos de las
películas.

En esto también me siento mayor. Para mí, esta comunicación es asíncrona: yo no contesto al momento ni espero que lo hagan. No respondo si estoy ocupado y entiendo que mi interlocutor guarda silencio por el mismo motivo. Un aspecto fabuloso de WhatsApp es que podemos dejar una conversación a medias y reanudarla al día siguiente o a los dos días sin ningún problema ni aclaración.

😅😂😁😄😃
Los matices de la risa

Se podría escribir (y se ha hecho) un artículo dedicado por completo a los emojis, a los stickers y a los GIF, que son magníficos recursos para expresar emociones y reacciones. Pero a mí me llama particularmente la atención la manera en que nos reímos a través de WhatsApp, porque, de nuevo, sin la intervención de ninguna academia ni de ningún organismo regulador, hemos creado una suerte de convenciones tácitas. En mi particular traductor de sonrisas y risas de WhatsApp a español, he concluido lo siguiente:

kkkk / jjjajaajj
Tengo prisa, pero me gusta lo que me envías.
jaja
Acuso recibo, me ha hecho sonreír, pero tampoco mucho, no creas.
jajaja
Sí, bueno, sonreí un poco más.
JAJAJA / JUAS
Me reí claramente. Lo han oído las personas que me rodean.
jejeje
Risa cómplice.
jijiji
Risa cursi, o bien, no sé qué responder y pongo esto.
jojojo
Risa con reservas; o sea, no debería reírme, pero me río. También: ¡qué fuerte!
jujuju
No sé qué estoy haciendo.

Como seguiré haciendo con mis guasaps, a pesar de la opinión de los expertos, procedo a cerrar este artículo con un punto final. Gracias.

 

Este artículo es uno de los contenidos del número 15 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
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