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19 Ene 2023
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Entrevista

Elia Barceló: «La literatura considera que las mujeres merecedoras de ser protagonistas tienen entre 20 y 40 años»

Beatriz Valdeón

Para jugar con el lenguaje y las estructuras narrativas, ¿qué género prefiere?
Todos, soy muy juguetona… Pero el más cómodo para que el lector me siga sin perderse es el psicológico realista, el tipo de novela que escribo ahora.
[Muerte en Santa Rita, 2022, Roca].

Y para comprender la realidad (de un amor imposible, por ejemplo), ¿fantasía o ciencia?
El tiempo giró sobre sí mismo», El secreto del orfebre, 2004, Minotauro. Una de sus obras más traducidas].
El género que más me toca el corazón es el fantástico. Sin personajes potentes y sólidos con los que te identifiques, por muchos datos e investigación que sean aportados, la narración no afecta emocionalmente a la persona que lee.

De todos los lenguajes posibles en Umbría [territorio literario con pozos del tiempo y otros fenómenos, inventado junto a César Mallorquín, Julián Díez y Armando Boix], ¿hacia cuál viajaría?
[El vuelo del hipogrifo, 2002, Lengua de Trapo].
Un deseo sería poder entender todas las lenguas que oigo; y, al mismo tiempo, que la mía fuera comprendida. También me gustaría escuchar el español de hace 400 años, siempre que estuviera garantizado el regreso.

¿Se podría escribir la biografía de una persona estudiando las palabras que más usa?
Somos seres textuales», ha dicho respecto a El eco de la piel, 2019, Roca].
Una biografía, no, pero el tipo de adjetivación, verbos y sustantivos que usamos dan una idea de cómo vemos la vida.

¿Qué se nombra en la literatura juvenil actual que antes se evitaba?
[Premio Nacional de Literatura Juvenil y Premio Edebé: El efecto Frankenstein, 2019. «Homenaje a Mary Shelley, a la novela y al monstruo»].
Cuando yo empecé, no se hablaba de sexo. Me dieron un consejo: si es importante en la trama, lleva a los personajes a la habitación y cambia de capítulo. Sigue siendo así, pero ahora se tratan temas como la homosexualidad y la disforia de género, y problemas muy graves en la población juvenil como el suicidio y las autolesiones.

Hija de Mary Shelley, Ursula K. Le Guin y Ray Bradbury, ¿y con quién está emparentada en lengua española?
Julio Cortázar, Torrente Ballester, uno de los grandes escritores del siglo XX casi olvidado, y Carmen Martín Gaite, también invisibilizada.

¿Practica juegos cortazarianos?
[«Las ficciones son como un metal semisólido: vienen como un fluido espeso y somos nosotros los que las formamos para que parezcan lo que queremos. Luego, cuando se enfrían, mantienen esa forma para siempre. Lo malo es que también usamos ese sistema con la realidad […]. Amalia Gayarre, Disfraces terribles, 2004, reeditada por Roca en 2021, su novela más cortazariana].
Siempre que puedo. Cortázar es mi gran maestro.

¿En nombre de quién habla Sofía [92 años, escritora, propietaria de Santa Rita] cuando dice «porque los hombres escriben autoficciones y las mujeres escribimos ficción»?
Por mí, solo en parte, porque es un un comentario que oigo a muchas escritoras. A casi ninguna mujer nos parece que llevemos un vida tan interesante como para ser contada en un libro. Salvo casos de experiencias terribles… Y las escritoras que narran su vida suelen mezclar autoficción y ficción; es decir, inventan. Incluso llegan a decir que tal vez no sea su vida.

¿Carece la literatura actual de protagonistas, sobre todo femeninos, que demuestren que hay vida más allá de los 60?
[Por ejemplo, Carola Rey, inspectora de policía en La noche de plata, 2020, Roca. Finalista Hammett 2021].
Sí. La literatura considera que las mujeres merecedoras de ser protagonistas tienen entre 20 y 40 años. A partir de esa edad, aparecen como testigos, de dulce abuela, de loca… A través de muchas de mis novelas, me he dado cuenta de que sí interesa todo lo que les pasa a las mujeres a partir de la menopausia. Y los hombres me han sorprendido agradablemente. Antes me pedían una dedicatoria para su mujer; ahora, la piden para ellos.

Dónde estén los maduritos para una buena trama…
Desde hace muchísimo tiempo uso personajes ancianos, viejos, mayores de 60. Siempre me han interesado las personas que tienen mucha experiencia en la vida, con conocimientos que se van a perder.

Tal vez el comisario Robles también evoluciona en Muerte en Santa Rita
Robles aparece en mi primera novela larga, que escribo en 1987 [El contrincante, 2004, Minotauro. «Un thriller teológico»]. El Robles de ahora, ya jubilado, ha evolucionado mucho. Antes era bruto, machista, no se cuidaba. Al vivir con tantas mujeres en Santa Rita, ha mejorado.

¿Cuántas voces narrativas no son multitud?
Las que hagan falta. Igual que los personajes: 42 en la trilogía Anima Mundi (2013-2015, Destino) y solo cinco centrales en Disfraces terribles.

Una definición sin adjetivos de su amplia bibliografía [ha vendido más de 200.000 ejemplares de sus últimas siete novelas]:
Variopinta. Para públicos diferentes. Escribo de todo lo que me enamora, todo lo que me apetece.

¿Es verdad que puede escribir dos novelas a la vez?
Cuando daba clases en la Universidad de Innsbruck, con dos hijos, no me sobraba el tiempo, y me acostumbré a escribir un primer capítulo de cada idea de novela. Así, parto con una forma narrativa y una ambientación ya decididas, y a veces hasta con el personaje central.

Retocar o no retocar…
No retoco nunca, por una cuestión de respeto a la escritora que fui y a los lectores. Verán cómo escribí en esa época y cómo he evolucionado.

¿Qué le sobra en el texto cuando corrige?
Nada, yo lo hago al revés. Escribo lo mínimo necesario y, cuando reviso, añado. Como una construcción de anatomía, primero los huesos, después los músculos y finalmente la piel. Optimizo el tiempo y es más placentero.

¿Perdona los anglicismos una filóloga de las ramas Hispánica y Anglogermánica?
La mezcla de lenguas la hago en casa, pero escribiendo no me gusta. Detesto lo que procede de las malas traducciones del inglés: «Hazte miembro (por socio)» o «banear», de ban (prohibición).

Otra utopía lingüística que imagine ahora…
[Piel, relato de Sagrada (1989, Ediciones B. Los primeros cuentos de un autor español en la colección Nova. Reedición: 2018, Sportula].
Me haría ilusión que en nuestra lengua no fuera necesario marcar el género. Lo veo difícil, hasta los adjetivos estás marcados. Y la solución de los términos abstractos no me convence.

La buena vida a veces necesita género noir

Libro

La acción en el mundo literario de Elia Barceló cambia de Europa continental a Buenos Aires o Río de Janeiro, hasta territorios inventados. Como la vieja casona alicantina de Santa Rita, en Benalfaro, donde una comunidad transgeneracional y colaborativa encontró su lugar. En una aparente bonanza primaveral, todos ocultan motivos homicidas. Un juego policíaco que subvierte arquetipos y busca lectores cómplices, para reflexionar con elegante prosa sobre la culpa, el feminismo, la vejez, la literatura, el arte… en torno a la magnética escritora Sofía O’Rourke (92 años).

 

Esta entrevista es uno de los contenidos del número 16 de la publicación trimestral impresa Archiletras / Revista de Lengua y Letras.
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