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11 Nov 2020
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Comunicación

Mar Abad recibe el ‘Don Quijote’ de Periodismo de manos del rey

EFE

Le ha sido otorgado por su artículo ‘Cómo ha cambiado el español en los últimos 80 años’

El Premio ‘Don Quijote’ de Periodismo, creado en el año 2004 con ocasión de la conmemoración del IV Centenario de la primera edición de El Quijote, ha reconocido la labor de la periodista almeriense Mar Abad García, colaboradora de Archiletras y cofundadora de la revista Yorokobu. Abad ha sido galardonada con este premio por su artículo ‘Cómo ha cambiado el español en los últimos 80 años‘.

El Rey Felipe VI destacó durante el acto de entrega de los Premios Internacionales de Periodismo ‘Rey de España’ y la XVI edición del Premio ‘Don Quijote’ de Periodismo, que convocan anualmente la Agencia EFE y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que el periodismo «es siempre necesario» y de manera especial en momentos como el actual, con la pandemia de la covid-19. También recalcó que una práctica del oficio de calidad constituye cada vez más «una exigencia social».

En esta edición, los galardones también han reconocido la labor de Luis Fernando Soria Sejas, de El Deber (Bolivia) con el Premio de Prensa; de Ricardo Calderón Villegas, de la revista Semana (Colombia), con el Premio Iberoamericano de Periodismo; de Gustavo Marcelo Costa, de Record TV (Brasil), con el Premio de Televisión; y de Linda Carolay Morales Pérez, de RCN Radio (Colombia), con el Premio de Radio.

Asimismo, el Premio de Periodismo Digital ha recaído en Miriam Herranz, en representación del equipo de RTVE_El Lab de RTVE.es (España); el Premio Especial Iberoamericano de Periodismo Ambiental y Sostenible ha sido para Sofía de Palma Rodrigues y equipo, de RTP África/Divergente.pt (Portugal); el Premio al Medio de Comunicación Destacado de Iberoamérica ha reconocido a Agus Morales, de Revista 5W (España); y, finalmente, el Premio Cultural y Desarrollo Sostenible ha sido para César Vallejo y equipo, de RTVE y Playz (España).

En esta edición han concurrido 206 trabajos de 17 países. «Son historias que sacuden conciencias, y lo hacen en lenguas hermanas que engrandecen también nuestra cultura común y que comparten el mismo periodismo sobresaliente, veraz y valiente», ha destacado el monarca sobre los trabajos ganadores.

Entrevista a Mar Abad

Carmen Naranjo.- El lenguaje es un espejo de la sociedad y la actual, la que más ha escrito en toda la historia desde la aparición de los dispositivos electrónicos, camina otra vez hacia el audio y la palabra hablada, algo fascinante para una estudiosa como Mar Abad que cree que la lengua «jamás puede ir a peor, evoluciona».

Mar Abad García, Premio Don Quijote de Periodismo por su artículo «Cómo ha cambiado el español en los últimos 80 años», asegura en una entrevista que «el lenguaje que no evoluciona, que no cambia es el que está muerto».

Su trabajo, publicado en la revista digital Yorokobu, repasa las palabras que marcan y definen a cada generación: «El lenguaje es una forma de teletransportarnos porque cuando oímos hablar a personas con palabras de otras épocas también nos están llevando a otra forma de ver la vida, a otra moral, incluso a otros objetos que ya no existen».

Y cuando personas de 90 años «hablan de las perras, en vez de los euros, están evocando objetos de un mundo que ya no esta», indica Abad, que considera que en el lenguaje deja ver además la moral imperante en cada época.

Así «en los años 40 y 50 se hablaba muchísimo de lo pecaminoso, de la fresca, del marrano… hay muchas connotaciones de la represión religiosa tan grande que había. Ahora podemos hablar de género neutro, de homosexualidad con absoluta normalidad porque la moral de nuestra época no es tan represora como era antes», explica.

También el lenguaje nos fotografía la política de cada generación. En España hasta principios de los 70 no se podía hablar de política, únicamente se hacía a escondidas. «Y cuando no se puede hablar de algo el lenguaje no crece tan rápido», dice la autora.

Pero en la actualidad, el lenguaje político «es absolutamente una locura, porque hay tantísimo meme, tanta mentira, tanta propaganda, a la vez del debate político interesante…».

Los años 80 fueron los más apasionantes desde el punto de vista de la creatividad en el lenguaje para esta experta que explica que la llegada de los dispositivos digitales hizo que las personas empezaran a escribir más que en toda la Historia.

Sin embargo, «volvemos otra vez hacia el audio. A los humanos nos encanta la voz y por eso ahora hay un auge de los podcast grandísimo y la sensación es que otra vez vamos a volver hacia la palabra hablada».

«Cada vez los chavales escriben más en sus foros y sus chats y eso es una noticia maravillosa», dice Abad, que también resalta lo positivo de los diferentes lenguajes: «Cuando un niño escribe en el colegio tiene que hacerlo conforme a la norma pero cuando escribe en sus chats utiliza la k en vez de el qué. Eso es diversidad de comunicación».

El lenguaje, sostiene Abad, jamás puede ir a peor: «El lenguaje evoluciona, cambia, se adapta a las nuevas circunstancias pero no hay una vara de medir ética sobre lo correcto. ¿Lo correcto es el latín que hablaban en Roma?, no», recalca.

Uno de los lenguajes universales de la actualidad es, explica Mar Abad, el de los emojis pero, advierte, también son polisémicos según las culturas o los grupos. Así pasa con el emoji de las dos manos juntas: para unos es rezar, para otros significa ‘por favor’ y para otros es ‘el namasté del yoga».

Por eso destaca la necesidad de «ser abierto de mentalidad con el lenguaje y tener en cuenta que las palabras no significan lo mismo para todas las personas», como lo demuestra el hecho de que la mayor parte de los conflictos que tenemos son por lo que decimos y los malentendidos, más que por lo que hacemos.

Otro de los lenguajes actuales es el de los memes, que evoluciona de forma muy rápida, explica: Es un lenguaje «muy de calle, muchas veces es irreverente y por ahí también es un coladero de racismo, machismo y xenofobia tremendo. En los memes te encuentras de todo, un ingenio maravilloso y fascinante y mucha basura», sostiene.

Lo que no le gusta en absoluto a Mar Abad es el «elitismo del lenguaje»: «No creo que sea mejor el lenguaje de la academia que el de las cárceles, que el del trap o las jergas juveniles. Son distintos lenguajes para distintos momentos y diferentes tipos humanos, pero todos ellos son riquísimos».

No obstante, asegura que las academias de la lengua deben esperar un tiempo para ver si una palabra se ha asentado o no. Pero también, dice, deben estar mirando cada día lo que ocurre en el lenguaje «y eso durante años lo ha hecho de maravilla la Fundéu, que va un paso por delante casi».

Abad ha estudiado también la influencia de la pandemia del coronavirus en el lenguaje y ha comparado lo que ocurrió en 1918 y en la actualidad.

«Ahora hay una diferencia clave, que es que la OMS en febrero rápidamente salió a nombrar la enfermedad antes de que cada país o grupo humano le diese un nombre que pudiese ir en contra de un grupo de personas o de animales o lugar geográfico», como ocurrió con la denominada «gripe española» en 1918 o la peste porcina.

Y cree que la huella en el lenguaje que dejará la pandemia durará lo que se prolongue el coronavirus: «En el momento que nuestra vida esté en otras cosas desaparecerán porque no las necesitaremos».