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15 Ene 2019
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Un toque de atención sobre desviaciones normativas, cambios lingüísticos, expresiones de moda y nuestra capacidad de acogida de palabras procedentes de otras lenguas.

Mª Ángeles Sastre

Profesora de Lengua Española en la Universidad de Valladolid. Me llama la atención cómo habla la gente, cómo escribe, cómo dice sin decir, cómo maquilla lo que dice, cómo transgrede con el lenguaje, cómo nos dejamos engañar por los políticos. Leo la letra pequeña en la publicidad y los periódicos de pe a pa. Y encuentro de todo.

Precisión léxica: a propósito de «aforo» y de «alfoz»

Por precisión léxica se entiende el uso adecuado de las palabras y expresiones conforme a su significado y sentido.

Cuando un término se utiliza con un significado distinto del que tiene –generalmente por desconocimiento–, podemos decir que ha sido utilizado de manera imprecisa.

Uno de los principales objetivos de los diccionarios generales es poner a disposición del usuario los significados de las palabras que registran, aunque no sea este el único objetivo de los repertorios lexicográficos. La información que proporcionan los diccionarios generales es vastísima si se interpretan adecuadamente las marcas o etiquetas que aparecen.

Hablar de precisión léxica no es exactamente lo mismo que hablar de riqueza léxica, pero están relacionadas. En un diccionario de sinónimos podrían aparecer como sinónimos del término pulir los siguientes: pulimentar, alisar, bruñir, lustrar, suavizar, limar o abrillantar. Sin embargo, a cualquier hablante nativo que tenga una mínima idea del funcionamiento de la lengua se le hará difícil intercambiar todos estos términos en un mismo contexto: bruñir solo puede aplicarse a metales; pulir es el único que puede aplicarse a la revisión o corrección de algo con el fin de perfeccionarlo; los zapatos ni se bruñen ni se pulen ni se pulimentan sino que se lustran o se abrillantan; los textos se pulen o se liman y las asperezas solo se liman. Entra en juego entonces el concepto de restricción contextual, implícito en los hablantes nativos (aunque no lo sepan), que los lleva a seleccionar un término de los posibles y no otro como más adecuado para decir lo que pretenden.

En un diccionario de sinónimos podrían aparecer como tales las siguientes palabras y expresiones: morir, fallecer, estirar la pata y pasar a mejor vida. No obstante, ningún hablante nativo utilizaría en un contexto formal la expresión estirar la pata; ni formaría una expresión idiomática como de estirar la pata o de pasar a mejor vida como equivalente de de morirse o para morirse aplicado a algo extraordinario o fuera de lo común; ni tampoco formaría expresiones como pasar a mejor vida con las botas puestas, estirar la pata con las botas puestas o fallecer con las botas puestas como alternativas a morir con las botas puestas’.

Los primeros ejemplos propuestos tienen que ver más con la precisión léxica léxica y los segundos más con la riqueza léxica, aunque, como puede apreciarse, están interrelacionadas.

Existen otros casos de imprecisión léxica que surgen por desconocimiento del significado del término que se utiliza. O, para ser más precisos, el hablante conoce parte del significado pero ignora algún rasgo significativo. Muchos de ustedes habrán visto en algún bar o local de copas, o en un cine o teatro, un cartel donde se informa del número máximo de personas que pueden acceder al local, en el que se lee más o menos esto: «Aforo máximo permitido: X personas». Se trata de una impropiedad léxica porque, según registran los diccionarios, el significado de la palabra aforo» es ‘capacidad total’. En este caso se ha obviado el rasgo significativo ‘total’ o ‘máximo’ que conlleva dicha palabra. 

Otro caso de este tipo lo encontramos en la palabra alfoz: un alfoz es el conjunto de diferentes localidades que dependen de otra principal y que están sujetas a una misma ordenación. Cuando en alguna intervención pública el anterior alcalde de la ciudad de Valladolid se refería a pueblos como Laguna de Duero, Zaratán, La Cistérniga o Arroyo-La Flecha como pueblos del alfoz, utilizaba el término de manera imprecisa: concretamente pasaba por alto el rasgo significativo ‘dependencia’ y se centraba en el rasgo ‘cercanía’. Estos pueblos mencionados están cerca de Valladolid, claro que sí, pero no comparten sus ordenanzas municipales; no son, por tanto, pueblos del alfoz.